"Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie vera al Señor."
Hebreos 12:14
En la universidad de Harvard’s se puede tomar un curso de felicidad. Esta clase popular ayuda a los estudiantes a descubrir tal y como lo declara el profesor:”como llegar a ser felices”.
No es una mala idea. De hecho, la Biblia incluso sugiere en varias ocasiones la importancia de estar felices, Salomón nos dice que Dios nos concede la felicidad como un privilegio (Eclesiastés 3.12--7:14--11:9). Pero algunas veces llevamos la búsqueda de la felicidad terrenal demasiado lejos. La vemos como la más importante, e incluso creemos que nuestra felicidad es el objetivo más valioso de Dios para nosotros. Es allí cuando nuestro pensamiento se confunde.
La Palabra de Dios dice que la verdadera felicidad viene de guardar la ley de Dios (Salmos 1:1,2; Probervios16:20 y 29:18). Dios exige santidad y nos llama a vivir una vida santa, una que ejemplifique su carácter moral (1ª Tesalonicenses 4:7; 2 ª Pedro 3:11). En la primera carta de Pedro leemos: “sino que como Aquel que os llamo es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: sed santos, porque Yo soy santo”. (1ª Pedro 1:15,16).
Cuando enfrentamos decisiones acerca de la manera en que debemos actuar o como debemos vivir, debemos tener en mente que el mandamiento de Dios no es “sed felices” sino “sed santos”. El verdadero gozo vendrá de una vida santa y que honre a Dios.
No hay verdadera felicidad lejos de la santidad, ni hay santidad lejos de Dios.
Por Pablo Baztan.
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