“Mejorado ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios”
Jeremías 26: 13
Creo que a todos nos ha pasado de ir caminando y pisar excremento de perro. O en un día de lluvia, pisar una baldosa floja, y te salpica el pantalón y el calzado. Bueno, eso es evitable, prestando un poco de atención por donde caminamos.
El pueblo de Israel, en varias oportunidades caminó muy lejos de Dios. Estas personas recorrían caminos que tienen cosas peores que excremento de perro ó baldosas flojas. Fueron caminos de idolatría, pasiones desordenadas, enemistades, glotonería, envidias, homicidios…, ese tipo de sendas.
Permíteme decirte que lo que hizo el pueblo de Dios (Israel) en épocas pasadas, es un retrato de la vida de cada hijo de Dios hoy en día. Así como ellos negaron a Dios, también lo hacemos nosotros hoy; se volcaron a la idolatría, vaya si hay ídolos en nuestros tiempos, y podría citar más ejemplos. Pero lo importante es que de la manera que Israel se arrepentía y dejaba los caminos maliciosos. Nosotros debemos dejar esos caminos perversos que nos alejan de Dios.
El salmista dijo que la Palabra de Dios es una lámpara que ilumina el camino. Sin importar cuan lejos estés de las sendas de Dios, te invito a encender la Lámpara y mirar por donde caminas.
Por Andrés Vellano.