Miércoles 30. Regresando a casa.

“Entonces se levantó Jacob y subió a sus hijos y sus mujeres sobre los camellos;… para volverse a Isaac su padre en tierra de Canaán”…
Génesis 31:17 y 18


Quizás concuerdas conmigo en que este es uno de los pocos regresos de hijos a sus padres, uno de los más emotivos que se han escrito en la Biblia para nuestra enseñanza. Jacob se había ido de la peor manera de su casa, huyendo de su hermano por haberle arrebatado la bendición de su padre, habiéndolo engañado al hacerse pasar por él.
Pero Dios le habló en el camino y Jacob hizo una promesa si Dios le acompañaba, y un día Dios le trajo a la memoria lo que había prometido y estando él en Padan-aram deseó “regresar a su casa con su padre” (Génesis 31:13) (Génesis 30:25).
Este momento me parece muy conocido porque hoy en día hay muchos que se escabullen por problemas con sus hermanos y piensan que yéndose podrán encontrar la paz y escapar de los problemas en la iglesia. Pero ¡NO! No podrán escapar de Dios si es que han hecho algo que deben arreglar con El y con su hermano. El regreso de Jacob coincide mucho con nosotros hoy, Dios nos llama y tenemos que volver “con nuestro padre”, El está allí esperándonos para recibirnos.
Cuando tomamos esta decisión, Dios nos bendice por esto, pero siempre tenemos que solucionar los problemas que dejamos cuando nos fuimos huyendo (Génesis 33:4). Si es que estamos realmente arrepentidos, Dios cumplirá todas las promesas que hay para nosotros.
Si es que Dios te esta llamando para volver “a casa” ¡Hazlo ahora! No demores el regreso, enfrenta los problemas que dejaste atrás, arrepiéntete de lo que hiciste mal y esta dispuesto a perdonar para tener así lo que Dios tiene entre sus manos para tu bien, que es mucho. Pero si vos y yo estamos lejos no podremos ser útiles para el servicio de la obra de Cristo. …”trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice…” (Isaías 43:6-7).
Regresa querido hermano, Dios te esta llamando y esperando.

“Muy lejos yo me fui y aun su voz oí, no encuentro, no, donde escapar de Dios”.

Por Pablo Baztan.