Sábado 19/Domingo 20. De mañana.

“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela…”
Salmos 63:1


Hoy a la mañana me levante a las 7:20 hs, y como a las 8:00 hs debo estar en el trabajo, me bañe, cambie y salí corriendo a tomar el cole. Cuando llego a la oficina, estaba todo listo para mirar el partido de Argentina Corea, así que, aprovechando esta oportunidad y me senté a disfrutar de un poco de futbol. Al finalizar, y debido a que no había mucho trabajo por hacer, me propuse escribir un devocional, y como tenía un tema en la mente al momento empecé a tipiar. El problema fue que no lograba unir tres palabras seguidas, escribía un renglón y lo borraba, luego otro pero no me convencía. Fue después de unos cuantos minutos cuando vino a mi mente el siguiente pensamiento: ”Como pretendo escribir una reflexión de la palabra de Dios si aun en este día no la he leído”. Así es, estaba tratando de dar algo a otros sin yo haberlo recibido.
Cuantas veces en nuestra vida actuamos de esta manera, comenzamos nuestro día lleno de cosas por hacer, cosas importantes, necesarias, pero olvidamos lo indispensable. Tengamos la costumbre cada mañana de recibir de Dios para poder derramar un poquito de El durante el transcurso del día.

Por Nicolás Bruselario.