Jueves 23. Un buen camino.

“Más la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”
Proverbios 4: 18


Cuando era chico (niño) me encantaba ver cuando amanecía. Ver las estrellas que de a poco se iban apagando con las primeras luces del día. Luego, de a poco se iba clareando todo a mi alrededor; y finalmente el sol hacia su salida por el horizonte…, ya después de unas horas, los rayos de luz inundaban todo lugar.
Dios es tan grande y misericordioso, que no solo nos regala un sol maravillo. Sino que alumbra nuestras almas con su amor. El término “justo”, lo podemos tomar sinónimamente como “salvados”. Es decir, que, a los creyentes, Dios le da la paz de caminar en la luz, guiando sus vidas. A través de una senda segura, la cual es iluminada por la misma presencia de Dios.
Queridos hermanos, recordemos que el fin de esa senda, es el cielo mismo. La presencia de Dios en las mansiones celestes. ¡Qué bendición más grande que recibimos de nuestro Dios! La salvación por la obra de Cristo. Pero también un camino seguro en esta tierra, con un fin maravilloso y eterno.


Vivamos guardando la ley de Dios en nuestro corazón y cuidemos de agradar a quien nos llamo de las tinieblas a su luz admirable.

Por Andrés Vellano.