Viernes 04. Cuidado con el descuido.

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído no sea que nos deslicemos”
Hebreos 2: 1


A lo largo de las Escrituras nos encontramos con muchas advertencias (por más que nos suene un poco fuerte esta concepto, es así) acerca de apartarnos del camino de las verdades eternas. Una vez que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador personal, nuestra vida cambia; pero también las responsabilidades que tenemos delante de Dios cambian.
Esto es lo que el apóstol Pablo les estaba explicando a los hebreos que ya tenían a Cristo en su corazón. Y de la misma forma la Palabra nos enseña que no debemos descuidar las cosas que oímos, ¿Qué oímos de quien?, pues de la misma Biblia. Toda la enseñanza que un creyente recibe de otro hermano, si o si debe estar basada en la Biblia. Y son esas verdades las que no debemos descuidar por ningún motivo. Es tremendamente peligroso que dejemos de meditar sobre esto; y así de peligroso es dejar de leer y escudriñar las Escrituras. Tristemente aquellos que no leen se hacen sabio “en su propia opinión”. Así mismo satanás está más interesado cuando un creyente se distrae un poco, porque debemos reconocer que si nos alejamos de la fuente, nos volvemos más propensos a beber el agua de pecado de este mundo.
Querido lector, nunca abandone el libro que Dios le dicto a los santos del Antiguo y Nuevo Testamento. Solo en El podremos nutrirnos de las verdades de Dios y conocer a Nuestro Salvador cada día más.

Si tu Biblia tiene polvo, es porque la tenes guardada lejos de tu corazón. ¡Límpiala!

Por Andrés Vellano.