Martes 24. Me pasa a mi también.

"Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo."
Romanos 2:1

¿Te pasa que por ahí te encuentras juzgando a alguien (ya sea en tu mente, o no) y luego de un tiempo estás en esa misma condición?
La palabra de Dios es clara, solo Dios puede juzgar a los hombres por sus faltas, aunque muchas veces tengamos que tomar decisiones en las iglesias cuando hay problemas, mas allá de eso, tenemos que cuidarnos de juzgar rápidamente a los hermanos; y si lo debemos hacer debe ser en el temor y temblor de Dios, para que la exhortación sea para restablecer al hermano y no para alejarlo; cuidando de no hacer nosotros lo mismo, porque para experiencia ya le pasó al otro.
Si has cometido alguna falta, pide perdón a Dios y muestra que has cambiado, porque Dios dice que sino Él tendrá que juzgarte.
Y si tienes que juzgar a alguien, ora al Señor, así tendrás las justas palabras de Dios y no te dejes llevar por tu propia sabiduría. Jesús dijo: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24)

¡Prosigue el blanco, Dios te bendiga!

Por Pablo Baztan.