Lunes 24. Ríos de amargura.

"…y no pudieron beber las aguas de Mara porque eran amargas…"
Éxodo 15:23

¿Escuchaste alguna vez estas palabras: “a Pablo no lo paso, es un amargo”? (si así es avísame, aparte de mi esposa, Ja) ¡Qué triste sería si estas murmuraciones saldrían de la boca de los hermanos! ¿Sabes que los Israelitas encontraron agua amarga en el desierto, cuando Dios los sacaba de Egipto? Fue por eso que el pueblo murmuró contra Moisés pero Dios oyó la oración de Moisés y le dio la cura para que el agua fuera dulce (potable). Dios dijo que se echase un árbol sobre las aguas, en ese lugar había palmeras así que me imagino que pudo ser una de ellas la que cortaron y cayo sobre el agua y las aguas fueron potables en el momento.
Quiero preguntarte ¿hay aguas amargas en tu vida? ¿De tu boca sale agua amarga? Deja que el Señor toque tu vida así como la palmera tocó las aguas, el Señor estuvo siempre en la gloria pero descendió para tocar tu vida y darle sabor. ¿Por qué entonces no estas emanando buenas aguas?
Te animo a que no des lugar a la murmuración en contra tuya porque sería también en contra de nuestro Dios y eso haría pecar a muchos hermanos tu y yo somos responsables de que las gentes y hermanos hablen bien de Dios. Lo que contamina al hombre, no es lo que entra, sino lo que sale de él. (Mateo 15:11). Oremos para que las aguas que salen de nuestras bocas no contaminen la obra de Dios.

¿Qué gusto tienen tus aguas?

Por Pablo Baztan.