"Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo."
Génesis 18:20
Hoy vivimos tiempos similares a los que vivía Lot en la lejana cuidad de Sodoma, caracterizados por un alejamiento cada vez mas de Dios; a pesar que han pasados mas de 2000 años las similitudes son muchas. Hubieron características que fueron propias de Sodoma y de Gomorra, pero dígame estimado lector si estas mismas, difieren mucho de la realidad que nos toca vivir por estos tiempos modernos.
El mismo Señor Jesús en Lucas 17:28 nombra tres características de este pueblo alejado totalmente de Dios.
1)Comían y bebían: Esto nos hace pensar hoy en el mundo del consumismo, cada vez tenemos que tener mas, sin importar si estas cosas están a nuestro alcance o no. Estamos viviendo en medio de una civilización de los placeres de todo tipo sin tener límites.
2)Compraban y vendían: Por estos tiempos esto se compara con los intercambios financieros y comerciales, la globalización de la economía, la bolsa de comercio, la especulación, los mercados comunes, etc.
3)Plantaban y edificaban: hoy estamos inmersos en la civilización del desarrollo económico, producir cada vez mas sin importar si se destruye o contamina el recurso.
Hay otras características que son similares a las de Sodoma y de Gomorra como por ejemplo el casamiento entre personas del mismo sexo, posibilidad de estas personas de adoptar hijos, derechos en sus trabajos, como varias otras aberraciones de lo que Dios estableció como familia, cuando allá en el edén dijo:”dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” Gn. 2:24.
Los tiempos de Lot se han acercado, estemos alerta ante tanta influencia maligna; sepamos volver a la fuente inagotable como es la preciosa “PALABRA DE DIOS”; en ella están todas las respuestas que buscamos a todas nuestras dudas.
El Señor pidió al Padre que no los quites del mundo sino que los guardes del mal (Jn. 17: 15). Sabemos entonces que los tiempos de Lot se han acercado, pero pidamos la fuerza al Señor para estar firmes ante las acechanzas del diablo.
Por Gastón Barolin.