“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de el emana la vida”
Prov. 4:23
Podemos guardar muy bien muchas cosas. Tesoros, joyas, algún objeto de valor personal, riquezas, entre otros. Esta porción de la Biblia la escribió alguien que realmente tenia muchos tesoros y un reino muy prospero. Era Salomón, el tercer rey de Israel, constructor del templo de Dios. Fue uno de los reyes más grandes que hubo jamás en Israel.
Sin embargo, supo entender que las cosas que ven nuestros ojos van a dejar de existir algún día y pudo comprender que lo que realmente importa es lo que hay en nuestro corazón.
Dios demanda que como hijos suyos tengamos un corazón limpio. Jesucristo pago por nuestros pecados, el Justo, por nosotros, los injustos. Es así que cada uno de nosotros debe tener un corazón limpio de egoísmo, pensamientos impuros, mentiras, odios, palabras deshonestas, malas intenciones, envidias, codicias, adulterio, y tantas cosas más que hay dando vuelta a nuestro alrededor.
Ahora, ¿Cómo esta tu corazón? Dios te ama de una manera tal que dio a su propio Hijo por ti. ¿No crees que de la misma manera tenes que amarlo? Amenos a Dios y dejemos atrás las cosas que nos ofrece este mundo de pecados. Y seamos de corazón limpio y puro para Dios.
Por Andrés Vellano