Jueves 11. Los sentidos ejercitados: La vista.

“¿Teniendo ojos, no veis?”
Marcos 8: 18


Existe una diferencia entre mirar y ver. Mirar se refiere el uso del sentido de la vista aplicada a un objeto o situación, mientras que ver es algo mas profundo y reflexivo, se trata de la percepción atenta de lo que hay o de lo que sucede. Podemos tener ojos y mirar algo sin ver, tal como la pregunta del Señor en el versículo del encabezamiento. Esta percepción a veces involucra otros sentidos; como por ejemplo cuando decimos “¿no ves que el timbre no funciona?”. En el Salomo 27: 13 David evoca a la vista para hablar de la bondad, algo abstracto.
Nos sucede que muchas veces andamos por vista y no por fe. A los discípulos les preocupaba mucho que el Señor dejara este mundo para retornar a la gloria. Ellos se sentían muy confiados al tener la presencia física del Señor, pero no concebían seguir adelante sin su compañía. Pero Jesús mismo les enseño a ellos reiteradamente que aun después de su partida los acompañaría hasta el fin, que nunca los dejaría “huérfanos”, que siempre estaría a su lado. ¿Nosotros a veces no nos preocupamos de igual manera cuando tenemos que andar con los ojos de la fe y no con nuestra vista física? ¿No nos sucede que el hecho de no ver al Señor nos hace dudar y debilita nuestra fe, sobre todo en momentos difíciles? Si analizamos nuestra vida cotidiana tenemos que aceptar que muchas veces nos esforzamos por “ver” la solución de nuestros problemas o la salida de las angustias con nuestros ojos físicos. Desplegamos toda nuestra fuerza humana para sortear difíciles escollos… y siempre fracasamos.
Tal como dice Hebreos 5: 14 se trata de ejercitar el sentido de la vista espiritual. No podríamos “ver” al Señor con nuestros ojos espirituales si tan solo nos hemos entregado a la dependencia de nuestra mirada física, si únicamente confiamos en los que vemos. Debemos hacer, como atletas de la fe, muchos ejercicios cotidianos para tener una vista espiritual saludable.

Por Lucas Paulino.