“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”
Mateo 1: 23
Este pasaje se utiliza, o mejor dicho se lee en épocas de navidad. Pero su significado va mucho más allá de ese periodo del año. Podemos ver claramente dos milagros de Dios en el. Primero que una virgen conciba y dé a luz sin que haya intervención de una persona del sexo opuesto. Y el segundo lo extraemos de la expresión “Dios con nosotros”. Donde damos por sentado que la presencia de Dios está junto a cada hijo suyo siempre.
Es llamativo en la vida de los creyentes, la cantidad de pruebas que hay que pasar. Pérdidas, decepciones, necesidades, conflictos, etc, etc. Pero al leer este pasaje podemos pensar y tener paz en que Dios hace milagros. Tan grande es su poder que, una virgen concibió. Podemos pensar en otros ejemplos como las aguas del mar rojo, el maná, la columna de fuego. Dios hace milagros y todo está bajo su control. Así que si hoy estamos en una prueba, tranquilos…, el mismo Dios que hizo a una virgen concebir, está al tanto del tal o cual problema.
Pero además de esto, Dios no solo hace milagros e intercede por nosotros; sino que además ESTÁ CON NOSOTROS. Si, así de simple y así de hermoso.
En la pendiente de la prueba, confiemos. No estamos solos y el que nos acompaña tiene todo poder sobre el cielo y la tierra.
Por Andrés Vellano.
Lunes 18. Disconformes.
"Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?"
Rom 9:20
Un carpintero, un alfarero, un herrero son personas encargadas de crear nuevos elementos. De un tronco hacen un banco, de un poco de arcilla un vaso y de un trozo de metal un tenedor, y depende del artífice y de su habilidad que sean bonitos o feos. Pero si te fijas bien veras que ninguno de estos objetos pueden reclamarle a sus creadores por como los hicieron, es imposible ¿Te imaginas una huelga de tenedores porque en vez de cinco les pusieron cuatro dientes? Seria un caos. Vos y yo sin lugar a dudas fuimos creados por un Dios que es perfecto un verdadero artista y que realmente está seguro de lo que creo porque al contrario del herrero Él si nos dio una boca y la capacidad de decidir y pensar por nosotros mismos. Tal vez alguna circunstancia que nos esta tocando pasar, algún disconformismo, alguna incapacidad nos generan bronca hablamos demás y le damos la espalda a nuestro Dios. Pero si somos así de privilegiados no fue para que le andemos reclamando nada. ¿Y entonces? “Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste. Sal 39:9“. David tenía mucho para quejarse a nuestro parecer su vida era demasiado injusta pero el tenía muy en claro cual era su lugar quien era su creador y para que estaba hecho, entonces solo se callo.
Para escuchar hay que callar.
Por Aléxis Barolin.
Rom 9:20
Un carpintero, un alfarero, un herrero son personas encargadas de crear nuevos elementos. De un tronco hacen un banco, de un poco de arcilla un vaso y de un trozo de metal un tenedor, y depende del artífice y de su habilidad que sean bonitos o feos. Pero si te fijas bien veras que ninguno de estos objetos pueden reclamarle a sus creadores por como los hicieron, es imposible ¿Te imaginas una huelga de tenedores porque en vez de cinco les pusieron cuatro dientes? Seria un caos. Vos y yo sin lugar a dudas fuimos creados por un Dios que es perfecto un verdadero artista y que realmente está seguro de lo que creo porque al contrario del herrero Él si nos dio una boca y la capacidad de decidir y pensar por nosotros mismos. Tal vez alguna circunstancia que nos esta tocando pasar, algún disconformismo, alguna incapacidad nos generan bronca hablamos demás y le damos la espalda a nuestro Dios. Pero si somos así de privilegiados no fue para que le andemos reclamando nada. ¿Y entonces? “Enmudecí, no abrí mi boca, Porque tú lo hiciste. Sal 39:9“. David tenía mucho para quejarse a nuestro parecer su vida era demasiado injusta pero el tenía muy en claro cual era su lugar quien era su creador y para que estaba hecho, entonces solo se callo.
Para escuchar hay que callar.
Por Aléxis Barolin.
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