“…andad en amor, como también Cristo nos amó y se entrego así mismo por nosotros…”
Efesios 5:2
“Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”
1ra de Pedro 1: 22
¡Los dos versículos del encabezado sin duda que son preciosos! Pero aun más preciosos es cuando lo aplicamos con aquellas personas que apreciamos y queremos de una manera especial. Lo triste es que estos mismos pasajes se vuelven amargos y duros para nuestro corazón cuando hay personas que “no podemos soportar” y mucho menos amar. ¡Ya que se vuelve difícil de cumplir semejante mandamiento de Dios!
Cristo nunca nos va a pedir algo que no podamos hacer. Y mucho memos algo que El mismo no haya hecho. Imagínate por un momento que debas amar a un fornicario, un mentiroso, un asesino, un idólatra. ¡Que difícil! Sin embargo tú y yo somos eso delante de Dios, porque no podemos cumplir con su ley (Ex. 20)
Pero tan grande es el amor de Dios y el amor que Cristo mostró en la cruz por vos y por mí; que siendo aun pecadores Cristo nos amó. Y se entrego por nosotros (Rom. 5:8)
De esa misma manera debemos aprender a amar a todas las personas. Especialmente a las que no queremos. A las que nos resulta difícil de soportar. No podemos permitirnos cantar un himno, hacer una oración, leer de las Sagradas Escrituras; sino tenemos las cosas en su lugar.
Aprendamos a tomar el ejemplo de Cristo. Amar todos por igual, tal como El lo hizo.
Por andrés Vellano.