Jueves 16. En busca del tesoro perdido (I).

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.”
Mateo 6: 19-20


De chico jugaba a los piratas y a los soldados. Creaba un mapa y lo rompía en varias partes. El juego trataba con varios personajes imaginarios que intentaban que no llegue al tan codiciado tesoro.
Muchos hombres buscan en este mundo el “tesoro escondido”. Ese gran tesoro es para algunos un buen trabajo, el reconocimiento, una linda casa, la fama, un auto. Incluso muchos creyentes dedicamos tiempo en buscar un “tesoro”. Lo que a veces no entendemos es que ese tesoro que buscamos es temporal. ¿Por qué? Pues, porque estamos en la tierra y aquí hay polillas, orín y ladrones. El Señor dijo “el cielo y la tierra pasará” (Mr 13:31).
Querido lector, busquemos el verdadero tesoro escondido. ¿Pero, por dónde empezar? Bueno, le diría que tomando el mapa, el cual es la Palabra de Dios, la Biblia. En ella encontraremos el camino correcto para llegar a ese tesoro. Anhelando ser fieles a Dios y buscando una vida recta ante sus ojos. El momento de recibir el “tesoro” será en los cielos. Todos aquellos que le recibimos como Salvador, recibiremos nuestras coronas (tesoros), acorde a como anduvimos en este mundo.

Le invito a dedicar su tiempo y esfuerzo en la búsqueda de un tesoro supremo, en los cielos, el cual es incorruptible.

Por Andrés Vellano.