Viernes 12. Arrodillado pedí, arrodillado agradecí.

”Pedid y se os dará”
Mateo 7: 7


Muchas veces los creyentes estamos en dificultades y problemas, de diversos tipos; laborales, estudiantiles, familiares, interpersonales, amorosos, etc, etc. Y en esa situación, confiamos en que Dios hará lo posible de lo imposible; nos arrodillamos, pedimos, suplicamos. Pareciera que jamás en la vida habíamos dependido tanto de Dios. Finalmente el problema se soluciona (dependiendo claro de la voluntad de Dios). Y somos felices, pero, agradecemos muy rápidamente y de ahí pareciera que nos olvidamos de confiar plenamente en Dios, hasta que otra vez, le necesitamos con urgencia.
Considero una ley (algo que es de una sola manera) que si somos capaces para arrodillarnos a pedir; de la misma manera hay que arrodillarse a agradecer. En ocasiones somos tan obtusos que solo pedimos, y cuando, se nos concede; disfrutamos de la bendición y nos olvidamos de agradecer.
Dios nos regala bendiciones preciosas, ahora ¿las agradecemos como deberíamos? creo que la respuesta depende de cada uno.

Si la medida de nuestra gratitud, fuera de la medida de la bondad de Dios, estaríamos toda nuestra vida arrodillados, y nos resultaría poco.

Por Andrés Vellano.