“Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en el esperaré”
Lamentaciones 3: 24
El libro de las Lamentaciones fue escrito por el profeta Jeremías después de la gran destrucción de Jerusalén y del cautiverio del pueblo de Dios. El nombrado profeta, se lo conoce como el que más lloro, producto de la gran tristeza que sentía al ver al pueblo tan apartado de los caminos de Dios y viviendo en el pecado. Este alejamiento llevo a que Dios ejerciera sus juicios. Sin embargo el profeta dice las hermosas palabras del encabezado. Lo cual me hace pensar en que sobre toda la destrucción y ruina que había a su alrededor, Jeremías confiadamente dice “mi porción es Jehová”; es decir que, lo que el recibe proviene de Dios y lo acepta. Y posteriormente afirma que “en el esperaré”, dejando en los tiempos de Dios todas las cosas.
Que ejemplo de amor hacia Dios y de confianza encontramos en este hombre. Los tiempos de Jeremías son distintos a los nuestro y las circunstancias también. Pero de la misma manera que Dios pide al profeta confianza en el, así también quiere que nosotros, estemos pasando la prueba que nos toca, o tal vez viviendo un momento de gozo; podamos decir de corazón que nuestra porción es Jehová… tanto para gozo como para amargura.
Muchas veces los creyentes nos olvidamos de Dios cuando estamos bien, y nos acordamos cuando estamos mal… ¡que error más triste que es este! Nuestra fidelidad hacia El debe ser siempre la misma y no depender de la situación o contexto del momento.
Aprendamos que no solo vamos a vivir en gozo, sino muchas veces también en pruebas. Y que siempre podamos decir: “estoy conforme, porque mi porción, mi parte, viene de Dios”
Por Andrés Vellano.