Jueves 17. Mi Redentor Vive.

"Yo se que mi redentor vive… y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán y no otro."
Prov. 19:25-27.


Hay una frase muy conocida que dice “SOLO SE QUE NO SÉ NADA”, es utilizada a menudo por uno mismo, para demostrar la ignorancia humana con respecto a un tema determinado, asimismo nos puede demostrar que realmente el hombre no sabe nada de su existencia en esta tierra y menos aun qué le deparará el futuro.
Pero la persona que ha depositado su fe en el Señor Jesucristo y en su obra redentora en la cruz del calvario, puede expresar desde el fondo de su corazón esta gran verdad: YO SE QUE MI REDENTOR VIVE.
Podemos tener muchas preocupaciones y dificultades en nuestra vida, pero esta frase nos alienta a seguir adelante, ya que sabemos que podremos contemplar a nuestro Señor Jesús cara a cara. Como dice el himno cara a cara espero verle mas allá del cielo azul, cara a cara en plena gloria, yo veré a mi Jesús.
Hubo un hombre en los evangelios que fue sanado de su ceguera por el Señor, y lo único que podía decir era: “YO SE”. El sabía que había sido ciego y que el Señor obró un milagro en su vida y era algo tan simple como decir que antes NO VEIA y que ahora SI VEIA.
El Espíritu Santo nos lleva a exclamar como Job: “Mis ojos lo verán y no otro”.

Que vivamos nuestras vidas SABIENDO QUE NUESTRO REDENTOR VIVE Y QUE ALGUN DIA LE VEREMOS CARA A CARA. ¿AMEN?

Por Gastón Barolin.

Miércoles 16. Perdido.

“Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama las aguas del mar, y las derrama sobre la tierra; Jehová es su nombre.”
Amós 5: 8



¿Alguna vez te has perdido o desorientado? tengo que reconocer que a mi me ha pasado. Soy profesor de geografía y he estudiado cartografía, pero debo decir que en ocasiones he perdido el rumbo. Hay varias formas de encontrar el camino; una es ver el sol para reconocer los puntos cardinales. El sol sale por el Este, por lo tanto si todavía no es mediodía, apunto con mi brazo derecho al sol y automáticamente en frente mío quedará señalado el norte. Los antiguos marinos se guiaban por mapas de estrellas (Pléyades). O simplemente podemos utilizar un mapa, plano o una brújula. Todo esto es muy bueno para recobrar el rumbo. Pero, ¿que hacer si perdimos el rumbo de nuestra vida? Aún siendo hijos de Dios, muchas veces podemos perdernos en los laberintos del mundo y fácilmente nos desorientamos.
Bueno, no podemos encontrar mejor guía en Aquel que creo las Pléyades, el Orión, el que hace las luces y las tinieblas. Si, el mismo Dios. Solo en El podremos encontrar el rumbo para vivir esta vida. En El hallaremos los caminos del gozo, caminos que son eternos.
Si estas confundido, busca al Creador y ruégale que te muestre el camino por donde debes andar. Dios jamás deja sin respuesta y sin contestación a quienes le buscan.

Por Andrés Vellano