“Mas el fruto del espíritu es… paciencia…”
Gálatas 5:22
Hoy en día vemos una juventud muy impaciente, todo lo quieren ¡YA!, no saben esperar. Es mas cuando consiguen eso que tanto querían, ahora que lo tienen, no lo quieren o necesitan otro mejor (ejemplo: celulares, computadoras, etc). Podríamos decir que estamos en un momento de la historia del ¡TODO YA!.
Pero vemos que no es bueno el obtener todo en el momento que deseamos, porque no ejercitamos nuestra paciencia. A veces puede ser, también, cuando estamos atravesando un momento en nuestras vidas, ya sea problemas de salud, económicos, etc; en donde queremos que todo eso termine, se pase lo más rápido posible.
Hay que saber que el tiempo de espera es un proceso que va ejercitando nuestra paciencia, para hacer florecer el mejor fruto en nosotros. Es obvio que a medida que vayamos atravesando por ese proceso nos duela, nos sintamos tristes, angustiados, con ganas de abandonar todo. Pero su resultado es muy bueno, nos va moldeando la conducta, el carácter, nuestros pensamientos.
En la Biblia encontramos en 1º Samuel 1:1-28 la historia de Ana, una mujer que supo ser paciente, esperar. Confiando en el Señor, sabiendo que él la iba a bendecir en gran manera. Su esperar fue duro y difícil, pero vemos como Dios después de tanto tiempo concibió el deseo de su corazón.
Por Nicolás Bruselario.