"Cuando era niño hablaba como un niño, pensaba como un niño, juzgaba como un niño…"
1 Cor. 13:11.
Cuando somos niños (edad preguntar) no alcanzamos a pronunciar muchas palabras, se podría decir que balbuceamos lo que queremos decir y es muy difícil de entender. Cuando somos niños es impresionante como vuelan nuestros pensamientos y nuestra imaginación, y casi nunca tenemos los pies sobre la tierra. Pero también cuando somos niños no tenemos desarrollado el discernimiento sobre lo que esta bien y lo que está mal, y hacemos cosas incorrectas a los ojos de nuestros padres.
Cuando aceptamos a Cristo volvemos a nacer es decir que somos chiquitos de nuevo y nuestro espíritu tiene que crecer, volvemos a ser niños en el espíritu. El apóstol Pablo pasó por esto, todos pasamos por la niñez espiritual y no hay nada de malo, es parte de nuestro crecimiento, lo que si está mal es quedarse hablando, pensando y juzgando como niño toda la vida. Dios quiere que crezcas y para eso no alcanza con alimentarse solo un sábado en el grupo de adolescente o de jóvenes, tampoco con lo que escuchamos los domingos en la iglesia. Nuestro versículo continúa “….más cuando ya fui hombre dejé lo que era de niño.”
Pablo dejó la mamadera y le dio para adelante, pudo crecer y lo hizo hasta transformarse en todo un Hombre.
¿Vos que vas ha hacer?
Por Aléxis Barolin.