“En el mundo encontraréis aflicción, pero confiad, yo (Cristo) he vencido al mundo” Juan 16:33
La aflicción es un término muy fuerte. Estar triste, deprimido, enojado, dolido sin duda que es duro. Pero la aflicción hace alusión a un problema mucho más grave que los antes nombrado. En el diccionario de nuestra lengua se define como angustia moral, es decir algo que cala en lo más hondo de nuestro corazón y nos hace sufrir.
Para los hijos de Dios el lugar por excelencia donde vamos a encontrar aflicción, es el mundo. Jesucristo dijo que sería así. Y ese mundo, con su sistema, con su funcionamiento, deja a Dios de lado. Hay una advertencia acerca de tomar la forma este tiene, es decir, andar a su ritmo. “no conforméis (tomar igual forma) a este siglo (mundo)” (Rom 12:2). Sin duda no podemos ir a vivir en la nada, es algo ilógico. Tampoco es la voluntad de Dios que estemos “aislados” (si se puede lograr de alguna manera). Jesús oro a Dios sobre nosotros y dijo “no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Jn. 17:15).
Este mundo, por más perverso que sea, es donde vamos a pasar nuestra vida. Y la voluntad de Dios es que confiemos en El, más allá o más acá de las aflicciones. Debemos ser Luz en medio de un mundo de aflicción y tinieblas. En todo momento, aferremosno a quien es capaz de darnos paz y serenidad en la tormenta de la vida, a Jesucristo nuestro Salvador.
CRISTO VENCIO AL MUNDO, CONFIEMOS SIEMPRE EN ESE VENCEDOR.
Por Andrés Vellano