Lunes 27. Costumbresitas.

“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.”
1ra de Corintios 15: 33

Del versículo del encabezado podemos decir: ¡si tenemos conversaciones malas, tendremos costumbres malas!
Hay algo que es muy sencillo de entender, tan simple que hasta un niño podría comprender claramente. Es que una persona se da cuenta de que está hablando mal de otra; no hace falta una revelación divina, ni una luz que descienda del cielo…, para que nos demos cuenta que nuestra conversación no es buena.
Las malas conversaciones no solo involucra el hablar “mal” de los hermanos o de otras personas; sino también hablar cosas que no convienen (Ef. 5: 1 al 12). Qué triste es cantar una hermosa canción de alabanza a Dios y después quejarnos a escondidas de tal o cual hermano. Peor aún, leer de la Palabra y compungirnos por nuestro pecado…, y luego hablar como una persona que no conoce a Dios.
Un ejercicio práctico para resolver esto (además de la oración) es preguntarnos si: ¿mi conversación es de bendición?, si hablo de un hermano ¿es honrándolo?, lo que digo en un circulo intimo ¿es tan noble y decente como para hablarlo delante de los ancianos?

No erremos, acostumbrémonos a hablar bien. Y tendremos buenas costumbres en todo.

Por André Vellano.