Miércoles 10. A yunque y martillo.

“A fin de que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere”
Colosenses 4: 12


Estuve trabajando en la fabricación de un cuchillo. Para ello pulí el metal, calenté el bronce que va entre la hoja y el cabo, le di forma, lo martillé…, un proceso que lleva tiempo y paciencia. Pero al final, es muy gratificante ver el producto terminado.
Para que el cuchillo tenga forma y sea útil, debe pasar por el calor, el yunque y el martillo. Los hijos de Dios para estar “perfectos y completos” también debemos pasar por el yunque y el martillo de la prueba. Y, después del doloroso proceso, nos convertiremos en una herramienta útil en las manos de Dios. Te animo a tener paciencia y confiar que nuestro gran Artesano (Dios), no nos hará pasar por una prueba que no podamos soportar. El sabe hasta donde resiste nuestra alma. Y es su anhelo, ver en nosotros su obra acabada. El proceso tal ves sea largo, ¿pero que más maravilloso es ser dignos, de ser trabajados por nuestro Dios?

Dejemos a Dios obrar, y convertirnos en herramientas de utilidad para el maestro.

Por Andrés Vellano.

Martes 09. Cuidado con la manera de hablar.

“Si alguno no ofende en palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”
Santiago 3: 2


La Biblia nos enseña que las personas que pueden controlar la lengua, vale decir su vocabulario. Son personas “perfectas” que pueden controlar todo su cuerpo. ¿Cuántas veces lastimamos a los que nos rodean con nuestras palabras? hijos, madres, padres, esposos, esposas, nietos, abuelos, amigos han sido heridos por las punzantes palabras de nuestros labios… ¿recordas alguna ocasión en que por tus palabras heriste a alguien? Creo que tristemente todos tenemos un recuerdo amargo sobre este tema.
Pero lo más doloroso de no saber controlar la lengua –no es lastimar al que está a mi lado- es que nos lleva a la condenación eterna. Los blasfemos, los que profesan palabras corrompidas, los que injurian, no heredaran (es decir, no entraran) en el reino de los cielos. Pues somos pecadores, por comportarnos de esa manera… Pero hoy Jesús te ofrece su perdón. El fue a la cruz por todas las maldades de los hombres –incluyéndote-. Si te arrepientes de corazón, puedes ser perdonado y salvado del infierno…

¿No crees que sea algo demasiado maravilloso para dejarlo pasar?

Por Andrés Vellano.