“Engañosa es la gracia y vana la hermosura”
Proverbios 31: 30
El rey Lemuel es el autor de estas palabras que están en el libro de los Proverbios. Lo que destaca este hombre de Dios, no es la belleza exterior de las personas (puntualmente habla de una mujer). Sino lo contrario, pone el énfasis en el corazón. Temer a Dios y ser fiel a nuestra profesión vale mucho más que tener hermosura exterior.
Hoy el mundo pone el acento en el lugar equivocado. Es más importante tener buena ropa, buen estado físico, lindos ojos y buen cabello… Tristemente muchas veces somos engañados por esto. Toda la belleza que puede existir es pasajera, de una u otra manera. Todos vamos a envejecer y cuando eso pase, tarde o temprano la belleza que una vez existió desaparecerá.
La Palabra de Dios nos ofrece algo mucho mejor. Ser lindos y lindas, hermosos y hermosas por dentro; para Dios. Un día, cuando estemos en la presencia de Dios, va a ser más importante lo que fuimos por dentro para Dios; que cualquier aspecto elegante que se pueda alcanzar en la vida.
Seamos hermosos para Dios, ese es el desafío.
Por Andrés Vellano.