Viernes 03. Una regla clara.

“Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed en a sus profetas y seréis prosperados”
2da de Crónicas 20: 20


El pueblo de Israel y Judá (durante el período del reino dividido), fue advertido en repetidas oportunidades de que, a menos que vuelvan al único Dios verdadero, serian destruidos. Si bien este pasaje está en un contexto puntual, es interesante comparar estas palabras con la vida del pueblo escogido de Dios. En principio, se olvidaron de Dios. Levantaron ídolos y lugares altos donde adoraron a dioses ajenos. Ante todo este acto de idolatría, Dios en su misericordia, les envía los profetas. Pero el pueblo rehúsa creer en ellos. Finalmente el castigo de la deportación y el exilio cae sobre los pueblos de Israel y Judá.
Cuando uno piensa en esto, dice “que insensatez, no creer y no escuchar a Dios”. Pero querido lector, ¿sabía que en muchas ocasiones somos iguales a este pueblo? Dios nos habla, nos envía mensajeros (algún hermano, por ejemplo). Y sin embargo, rehusamos oír su voz. Seguimos nuestro camino y tarde o temprano viene la “deportación”, vale decir, el tormento, la angustia, la decepción, etc, etc.
Tiempo después el pueblo volvió a escuchar la voz de Dios, pero sufrió dolencias innecesarias. Si somos sordos a la voz del Señor, igualmente sufriremos innecesariamente. Prestemos oído a las palabras del Dios eterno.

Seamos sobrios y sensatos, escuchemos la voz de Dios y estaremos seguros. Creamos a su Palabra y será prosperado nuestro camino.

Por Andrés Vellano.