Lunes 11. Hijos y herederos.

“Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios”
1ra de Juan 3: 1.

“Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo”
Romanos 8: 17



Cuando alguien tiene un padre, que de hecho todos tenemos un padre biológico. Y somos reconocidos legalmente como “hijo”, inmediatamente nos convertimos en heredero de sus bienes materiales. Ahora si éste, es decir, nuestro padre no nos reconoce, no somos sus herederos.
Lo mismo pasa con nuestro Padre celestial. Pero al revés. No es El (Dios) que debe reconocernos como hijos, sino que primero nosotros debemos reconocerlo como Padre. Cuando esto pasa, somos sus herederos, pero ¿que heredaremos? pues la vida eterna, la posibilidad de estar para siempre con El, la posibilidad de disfrutar de las mansiones celestes en la eternidad. Y si lo reconocemos como Padre, es a través de Cristo Jesús, con quien ahora somos coherederos. Todo es dado a nosotros gracia sobre gracia. Dios nos amó y nos ama tanto que quiere que ningún hombre se pierda en el infierno, sino que sea su hijo. Pidiendo perdón, por medio de la obra de Cristo en la cruz, pues El (Jesús) murió por nosotros,
Creyentes, vivamos gozosos de esta salvación tan grande. Y si aún no eres un hijo de Dios, acude por la oración y pide perdón por tus pecados, y Dios te aceptará como a un hijo.

Vivamos teniendo presente que somos hijos de Dios. Disfrutando de esa posición tan preciosa; pero también cuidando de agradar a nuestro Padre que nos ve.

Por Andrés Vellano.