Sábado 27/ Domingo 28. El terror nocturno.

“No temerás al terror nocturno, ni saeta que vuele de día”
Salmo 91:5


En la antigüedad, cuando una cuidad era sitiada por los enemigos, lo primero que pasaba era que comenzaban a escasear los recursos. El agua se agotaba, los alimentos no eran suficientes y puesto que los enemigos estaban alrededor de la cuidad no se podía ir en busca de los mismos para poder vivir. Una vez que pasaba un tiempo el pueblo encerrado estaba débil, desanimado y desahuciadas sus almas. Es ahí donde los enemigos aprovechaban y atacaban.
Había dos cosas que producían miedo, la primera eran las flechas (saetas) que volaban sobre las personas causando gran mortandad. Pero la segunda es la mas terrible, ya que de noche el ejercito entraba matando a quien se cruzaba en su camino; a las mujeres se les arrebataban los niños y se los arrojaba desde lo alto de los muros…Ese era el TERROR NOCTURO.
¿Cuantas veces las saetas han estado volando muy cerca de nosotros y fuimos librados? ¿Cuántas noches sin dormir debido a diferentes problemas que nos preocupaban? Y sin embargo Dios en su amor inmenso promete cuidarnos y protegernos, nos da luz en la oscuridad y serenidad en la tormenta. Solo basta que lleguemos a El en oración, y clamemos de su ayuda. A su tiempo las saetas dejaran de caer y la noche se convertirá en día. Pero tenemos que entender que es “a su tiempo” y de acuerdo “a su voluntad”.

Tenemos una promesa hermosa de protección de Dios en este pasaje, memoricémoslo y hagámoslo nuestro cuando la situación sea difícil.

Por Andrés Vellano.