Sabado 27/ Domingo 28. ¿Huir ó no huir?

“…entonces él dejo su ropa en manos de ella, y huyó y salio...”
Génesis 29:12b
“…mas él dejando la sabana huyó”
Marcos 14:52


Dos jóvenes que huyeron, uno por temor, y el otro por miedo. El primero era tentado por una mujer casada día a día, mas el fue soportando siempre. Pero llegó un día en que la mujer lo provoco tanto que él decidió huir dejando su camisa en manos de ella, pues esta lo había agarrado queriéndolo obligar a tener relaciones sexuales. Él sabía que Dios prohíbe las relaciones sexuales con una mujer casada, pues es pecado (1 Corintios 6:18).
Por otra parte, vemos a un joven que seguía a Jesús, pero por la presión que había cuando habrían de crucificar a Jesús, simplemente huyó, dejando la sabana con que se tapaba y corriendo desnudo.
Tal vez seas como el primero, que huye de las pasiones pecaminosas, es perfecto, no tengas vergüenza, cuéntalo con la frente bien en alto. Pues es lo que Dios quiere. (2 Timoteo 2:22).
O quizás eres como el segundo, tal vez no estás frente a una cruz, pero en el colegio o en el trabajo cuando se dan conversaciones de Dios simplemente te vas como para no tener compromiso, quedándote así desnudo delante de Dios. Dios quiere que lo hagas conocer en el mundo como salvador. Si es que Él es tu salvador, ten valor, no seas cobarde para contar lo que hizo por vos.
¿Con quien te identificas? Fíjate que huir por tener una vida íntegra no es pecado, pero huir por vergüenza de Dios sí es pecado. Ten en cuenta de quién estás huyendo, es preferible sin camisa delante de los hombres, que desnudos ante la presencia de Dios.

¡Levanta bien en alto la bandera de Cristo!

Por Pablo Baztán.