Jueves 23. La apatía.

"Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."
Filipenses 2:13


Qué triste es cuando nos olvidamos o podemos creer que Dios no tiene una palabra de aliento, de ánimo o de exhortación para nosotros. Seguro se presentan momentos en nuestra vida de situaciones difíciles, donde no parece haber una salida pronta o una solución factible a nuestro problema. Es entonces cuando podemos olvidar que Dios tiene la repuesta, que siempre tiene un mensaje justo para el tiempo que vivimos, un mensaje de esperanza, de victoria, y de nuestro futuro conforme a Su propósito y Sus promesas. Esto se soluciona de una sola manera, recurriendo a Su palabra.
Pero hay algo más triste todavía que puede ocurrir, y es la falta de interés de un hijo de Dios en buscar Su palabra. Lo cual es más grave porque ya es algo que depende de la voluntad, tal cosa se llama apatía, o indiferencia, un mal de la sociedad actual que puede afectar también a los cristianos. Sin duda que Satanás es quien busca producir este estado en los hijos de Dios, mediante su trabajo de instalar pensamientos negativos en nuestra mente, o su búsqueda incesante de apagar el Espíritu en nosotros de distintas formas, produciéndonos angustia. Pero esto no nos quita mayor responsabilidad a nosotros, quienes en definitiva decidimos dejar de oír la voz de Dios. La apatía es algo lamentable, e injusto. El apático se encuentra en un estado de ánimo que no presenta motivo de preferencia, aunque advierte su estado de insatisfacción, no desea buscar ni conocer nada fuera de sí. Está desinteresado.

Por Matías Navarrete.