Sábado 28/ Domingo 29. Testimonio.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 3: 16


Un niño paso toda su niñez solo sin conocer lo que era tener un amigo. La palabra amigo no estaba en su vocabulario. En la escuela los compañeros lo trataban mal (hasta le pegaban). Pasaron los años termino la primaria, llego la secundaria su soledad fue pasando; sus compañeros del secundario en su gran mayoría eran los mismos que los de primaria. Pero habían empezado a madurar y lo llevaban al chico por malos caminos, sin embargo nada cambio lo seguían humillando lo trataban mal. El joven no se daba cuenta, creía que eso era tener amigos y se aguantaba todo.
Pero un día uno de sus compañeros con los que fue desde la primaria y que no lo trataba mal, ni se juntaba con los demás cuando hacían fiestas. Le cuenta que estaba por ir a un campamento de la iglesia, y lo invita. El chico contento sin dudar un segundo dijo: -¡si voy!
En aquel campamento conoció muchos chicos que lo trataron bien desde el primer momento. Pero conoció alguien que le ofreció su amistad desinteresadamente. Una noche, precisamente un viernes por boca de Daniel Volpi, reconoció al amigo que hasta hoy no le ha fallado nunca y que le regalo lo mejor, la vida ETERNA; si ese amigo era y es JESUS.
ESTE ES MI TESTIMONIO, JESUS CAMBIO MI VIDA Y HOY TENGO AMIGOS A MONTONES, PERO LO MÁS IMPORTANTE: -SOY SALVO.

Gracias Dios por darnos a tu Hijo para que por su sacrificio allí en la cruz seamos salvos.

Gracias “Nico” por aquella invitación y gracias a todos mis amigos que hoy me hacen el aguante y me dan su amistad, los quiero.

Por Santiago Espindola (Logumba)

Viernes 27. El volante de la vida.

“No confíe el iluso en la vanidad, porque ella será su recompensa”
Job 15: 31



Si comparamos nuestra vida con un auto, podemos decir que el volante es lo que nos da la dirección. El camino que el auto de la vida toma, se basa en quien tenga el volante.
También existe la rueda de auxilio, la cual se usa cuando hay un percance.
Nosotros tenemos que vivir la vida que Dios nos dio, y hay que hacerlo de la mejor manera posible. Pero, como somos humanos, nos equivocamos y erramos muchas veces. Eso nos produce tristeza y dolor, y en ocasiones a las personas que nos aman y que tenemos a nuestro alrededor.
Dios tiene que ocupar un lugar en nuestra vida. Pero El debe tener el volante, no la rueda de auxilio. Hay que dejar que Dios nos guie y no auto guiarnos. Además es muy triste hacer lo que queremos y cuando hay un problema rogamos a Dios que nos ayude (vale decir, que nos de la rueda de auxilio)

Si estas atravesando dificultades, ora a Dios para que El gobierne tu vida. Dale el volante a alguien que sabe manejar.

Por Andrés Vellano.