Miércoles 16. Sobre un mismo nivel.

“…El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella."
Juan 8:7


Cuando se construye una casa los albañiles tienen que tomarse el trabajo de hacer que el terreno sobre el que se construya este a nivel es decir a la misma altura. Para ello deberán echar o sacar tierra según sea necesario.
Una de las cosas más importantes que hizo Jesús aquí en la tierra fue hacernos entender que “para Dios todos los pecados son iguales” por lo que todas las personas nos encontrábamos en un mismo nivel: “todos sin excusa alguna estábamos separados de Dios”. Por más grande o chico que haya sido tu pecado (desobediencia a Dios) alcanza para entrar a esta categoría. Lástima que en ese tiempo los fariseos no lo podían entender al igual que muchas veces hoy nosotros tampoco lo entendemos y nos creemos mejores que el resto, adjudicándonos el derecho de acusarlos y señalarlos por tal y cual motivo.
Cuando Jesús le preguntó a la mujer “¿donde estaban los que la acusaban? ¿Ninguno te ha condenado? Ella responde: Señor, ninguno.”
Jesús termina diciendo: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más. (Jn. 8:10-11)”
Piensa por un momento: Si Jesús no la condeno ¿Acaso somos mejores que él para apropiarnos de ese derecho?

Por Aléxis Barolin.