7 de Nov. Pieza importante de la batalla

“Tu, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”
2 da Timoteo 2:3


Todas las guerras y batallas dan miedo y causan terror. Una vez escuche a un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial que decía: “nunca en tu vida, olvidas el olor a la muerte”.
En la época de las batallas que vivieron los reyes del Antiguo Testamento, encontramos muchas veces que a ciertos personajes se los llama “hombres valientes”. Esto tiene un sentido muy especial. Resulta que cuando se enfrentaban los bandos para iniciar el combate, había algunos que se atemorizaban y huían antes de pelear. Cuando uno se comenzaba a ir, detrás de el otros cientos de hombres más dejaban el campo de batalla. Por tal motivo los comandantes elegían soldados que sean valientes, y a estos los mandaban al frente de todos. Ya que estos soldados no iban a mirar hacia atrás y no se volverían; y de alguna manera esto alentaba a los que tenían un poco de miedo para no dejar de combatir.
Cristo necesita soldados valientes que no retrocedan cuando las circunstancias se ponen difíciles. Y nosotros debemos “sufrir” y no retroceder como buenos soldados de Jesucristo. ¿Imaginas que hubiera pasado si Moisés, Josué, Nehemias, David, Pedro, Juan (o muchos otros) habrían retrocedido, sin ser buenos soldados? Seguramente las narraciones Bíblicas serian otras. Detrás de cada uno de nosotros hay muchos cristianos que nos están viendo, por eso (no por nuestra gloria personal) debemos seguir adelante y no caer, para que otros también no caigan. Pablo le da este consejo a Timoteo y le dice “se ejemplo a los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza” (1ra Tim. 4:12) Seamos piezas importantes para Dios primero, pero para los hermanos también.

Por Andrés Vellano.