Sábado 25/ Domingo 26. Iluminares.

“este pobre clamó, y le oyó Jehová,…los que miraron a el fueron alumbrados,”
Salmos 34:6 y 5


Un viernes en la reunión de oración de nuestra iglesia, nuestro hermano Gastón, compartía de la Palabra de Dios en este capitulo, y Dios nos habló de su protección y de lo que El es y que nuestra alabanza debe ser siempre en temor de El. En estos versículos podemos ver que todas las personas pueden recibir de Dios estas bendiciones, (su protección, el honor de alabar al único Dios, y de saber que estamos en sus manos), los que dicen ser pobres, y los que se creen comunes. Sólo hace falta mirar hacia arriba (a Dios) es una mirada especial que todos alguna vez la tuvimos, tú puedes decir que miras arriba todas las veces que pierdes un gol, pero una mirada con fe a Dios es cuando te das cuenta de que no podes más, que no hay nada que te pueda salvar de un momento difícil, de tus cargas, de tus pecados que te empujan al infierno, ahí es cuando “miras” y buscas en lo alto.
Yo una vez miré a lo alto y solo vi el techo de mi cuarto, pero en mi espíritu se que mi Dios oyó el clamor de mi alma porque Él oye el clamor del pobre, y ese momento supe que mi rostro brilló y hoy debe ser igual. Si tú miraste “arriba” tu rostro debe deslumbrar,… debe irradiar alegría y paz, pues Dios ilumina a quien realmente le mira con fe.

Por Pablo Baztan.

Viernes 24. Eres mi regalo.

“porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”
1Corintios 3:9


Las personas que conozco son regalos que la vida me ha dado. Y vienen envueltas, algunas en forma muy bella y otras de una manera menos atractiva. Algunos de estos regalos llegan cerrados con gran rigidez. Algunos han sido maltratados en el correo, otros llegan como “entrega especial”. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Soy un regalo para ti: eres un regalo para mí. Somos obsequios de Dios unos para otros. Nosotros mismos podemos tener una envoltura maltratada por el tiempo y/o circunstancias, pero lo que llevamos dentro siempre será hermoso, pues quien lo puso ahí es nuestro Creador. Solo tendríamos que ver hacia adentro y estar listos para darnos a los demás… descubre en tu interior todos los dones con los que el Señor te equipó y se digno regalo para los que te necesitamos…
Dios nos equipó con diferentes dones: no para disfrutarlos egoístamente, no para jactarnos de lo que poseemos, sino para colaborar en la obra de Dios, ejerciéndolos según El nos vaya indicando.
Mi hermano, ¿ya descubriste los dones que Dios te dio? ¿Los estas usando humildemente para la obra en la iglesia y aun para bendición del mundo?
Te animo a que así lo hagas, que así prosigas hasta el encuentro cara a cara con El Señor y oigas de sus labios ese precioso: “bien hecho, siervo fiel”.
Este es un correo que estuvo dando vueltas hace un tiempo, y pensé que seria bueno compartirlo, ya que lo he leído otra vez y me impactó mucho.

Recuerda lo más importante de un regalo, no es el envoltorio, pero debemos cuidarlo también.

Autor desconocido.