Jueves 10. Guárdame Dios mío.

“Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo las sombras de tus alas.”
Salmo 17: 8.


F. B. Meyer escribió: “Protégeme como la niña de tus ojos: estoy pensando en ella y como está protegida por las pestañas, el parpado, la ceja, la cuenca y la mano que rápidamente se alza”. Esta descripción hace muy gráfico el pasaje. Al igual que como una persona cuida y protege la vista de cualquier elemento que pueda causar daño; la idea que se nos da es que, Dios nos cuida de una manera especial. Nos protege de cualquier asechanza de maligno, de tentaciones, de hombres perversos y de la maldad del mundo. Escondiéndonos bajo sus alas protectoras.
Mi estimado amigo y lector, puede que hoy estés en medio de la tempestad de la vida. Sea cual sea la situación, ruégale a Dios que te guarde muy cerca de El, como a la niña de sus ojos. El salmista David se lo pide en momentos de dificultad, haz tú lo mismo y recuerda que Dios escucha las oraciones de sus hijitos. Y afectuosamente los envuelve con su paz y su amor.

Por Andrés Vellano