“Fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados uno por uno, treinta y ocho mil.”
1ra de Cronicas 23: 3
No sé qué es lo que estás haciendo en tu iglesia local, pero imagínate que los miembros fueran 38.000 y el pastor (si es que lo tienen) debe repartir los trabajos para el funcionamiento da la iglesia, te preguntarías qué te daría a ti.
El rey David tuvo que repartir el trabajo de los levitas, unos 24.000 fueron a dirigir la obra de la casa de Jehová, 6.000 a gobernar y juzgar al pueblo, 4.000 porteros y 4.000 para la alabanza.
Bien, ¿te das cuenta de que nadie quedó fuera y sin nada que hacer? En la obra de Dios tú estás dentro, y siempre hay un lugar vacante esperando para ser ocupado. Muchas veces no queremos encajar en ningún ministerio y ponemos excusas, aquí vemos que de los 38.000 nadie se quejó. Me imagino que pasaba como en nuestras iglesias, todos quieren formar parte de un trabajo en conjunto para llevar el testimonio adelante. Sí, espero que sí, no pienses que porque sean muchos no tienes lugar, no pienses que porque otros hermanos llegaron antes te quedas fuera, no te dejes manejar por los temores de la falta de experiencia. Piensa que eres importantísimo para Dios, habla con el encargado de la iglesia y dile cual es tu don y junto a él presentadlo a Dios y É mostrará el lugar que tiene reservado para ti.
En la obra de Cristo son muchos más que 38.000, pero tú tienes un lugar esperándote.
Si eres líder estemos orando para que todos podamos prestar atención en los miembros, pues todos quieren trabajar y ser parte de la obra.
¡Prosigue el blanco, Dios te bendiga!
Por Pablo Baztan.