Miércoles 03. Calma.

"Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza."
Salmo 62:5


En este mismo momento necesito hacer mío este versículo dejar reposar mi alma en los brazos de Dios. Encontrar paz en El, dejarlo que tome el control de la situación y calme la tempestad, como cuando estuvo en la barca con sus discípulos. ¿Haz tenido días como estos? que en realidad parecen meses por lo interminable que se hacen, acaso cuando no tenemos respuestas o cuando nos damos cuenta de que las cosas no son como parecen, cuando se escapan de nuestras manos, cuando perdemos el control de las situación y no hay forma de arreglar lo inarreglable no nos preguntamos ¿Qué hago yo acá? Desearíamos volver el tiempo atrás para impedir que el barco zarpe del puerto, para tomar las decisiones correctas antes de errar. En cierta parte nos ahorraríamos sufrimientos, dolor, malos ratos, pero también no podríamos ver al Señor calmar al viento, hacerle salir el sol y apaciguar las aguas.

“Espera en él en todo tiempo, Derrama delante de él tu corazón. Dios es nuestro refugio. Sal. 62: 8”.

Por Aléxis Barolin.

Martes 02. Poderoso gigante.

“Más Jehová está conmigo como poderoso gigante”
Jeremías 20: 11


¿Cómo seguir adelante cuando la situación nos sobrepasa? ¿De dónde sacar fuerzas para afrontar la tempestad abrazadora que nos hace caer? Muchos hombres, cuyas historias están en la Biblia, pasaron por este tipo de situaciones. Tú y yo hemos pasado y pasaremos por estas experiencias que a veces desgarran nuestro corazón. Y en parte es algo “natural”, pues vivimos en un mundo que destila maldad.
Querido lector, si me pidiera una respuesta a cómo enfrentar tantas adversidades que a veces nos tocan vivir, solo lo diría, “tranquilo, hay un Dios que está a su lado, como poderoso gigante; ese Dios sabe que es lo mejor para usted, y hasta qué punto pude resistir su corazón. Paciencia y a su tiempo El obrará”.

Hace tiempo escuche una frase: Abandonémonos, en las manos de Dios. Esto debería ser una realidad diaria, tanto en el gozo, como en la tristeza.

Por Andrés Vellano.