Martes 01. La Iglesia (I).

“La Iglesia del Señor, la cual el ganó por su propia sangre”
Hechos 20:28b


En el nuevo testamento la palabra iglesia es la traducción del vocablo griego ekklesia, que significa:”una compañía convocada a salir aparte” o “una congregación o asamblea”, su principal misión en el nuevo testamento es presentar a un grupo de creyentes en el Señor Jesús.
La iglesia recibe muchos títulos descriptivos en el nuevo testamento, y una de las mejores maneras de comprender lo que es, es observar el significado de cada uno.
1- “un rebaño” (Juan 10:16) la nación Judía era un redil. La iglesia es un rebaño. El Señor Jesús dijo:”también tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un Pastor” oyen su voz y le siguen.
2- “labranza de Dios” (1Corintios 3:9) la iglesia es el huerto de Dios, donde el quiere cultivar frutos para su gloria. Llevar frutos para Dios es el pensamiento principal y sobresaliente.
3- “edificio de Dios” (1Corintios 3:9) esta expresión, describe a Dios ejecutando un edificio; añadiendo piedras vivas a la iglesia. ¡cuán importante es que nuestras vidas estén dedicadas a este proyecto que para Dios es el interés principal!
4- “templo de Dios”(1Corintios 3:16) la palabra templo inmediatamente trae a la mente la idea de adoración, y nos recuerda que la única adoración, que Dios recibe de este mundo viene de aquellos que son miembros de la iglesia (que han recibido a Cristo como su Señor y Salvador)
5- “el cuerpo de Cristo” (Efesios 1:22, 23) el cuerpo es el vehículo por el cual se expresa la persona. De manera que el cuerpo de Cristo es el medio que el Señor ha escogido para manifestarse al mundo hoy en día.
Una vez que el creyente comprenda esta verdad, jamás volverá a pensar que la iglesia es de poca importancia, sino que se dedicará sin reserva a cuidar de todo lo que concierne al cuerpo de Cristo.
Pensemos en lo que el Señor hizo por nosotros y en lo que hacemos para él.

Adaptación del libro; “Cristo amó a al iglesia” de William MacDonald.

Por Pablo Baztan.