Miercoles 03. La oración de Salomón.

“Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo”.
1º Reyes 3: 9


Salomón, hijo de David, es proclamado rey y entiende que necesita el socorro de Dios para andar en el camino difícil que se abre ante él. Siente su incapacidad para cumplir su tarea a favor del pueblo de Dios. Pide entonces a Jehová la sabiduría necesaria para cumplir con su deber. Salomón hace su pedido y “agrado delante del Señor que Salomón pidiese esto”. (1º Reyes 3: 10). Es esta humilde dependencia al principio de su vida lo que le permite a salomón ser sabio.
¿Tenemos el mismo deseo que tuvo Salomón? Necesitamos un corazón que escucha, que sea inteligente para discernir la voluntad de Dios. El amor al Señor es el secreto de una verdadera inteligencia. De los proverbios de Salomón podemos aprender mucho, por ejemplo en el capitulo 3 nos dice:
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en tus caminos y el enderezara tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. (Proverbios 3: 5 – 8).
Busquemos a Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. A Salomón Dios le concedió lo que le pidió y en su gracia le dio todo lo que no le había pedido.

Por Lucas Paulino.