“Huye de las paciones juveniles”
2ra de Tim. 2:22
Este sin duda de ser el mejor consejo que cualquier sobreveedor, pastor ó anciano puede darle a un joven (y no tan joven también).
¿Recordás la historia de José? En Génesis Cáp. 39. La mujer de su amo quería tener relaciones sexuales con José. Y durante muchos días le insistía, pero este no accedía. Hasta que un día, José literalmente tiene que huir para no pecar. A los ojos humanos fue una mala decisión, ya que terminó encarcelado, pero a los ojos de Dios, fue visto como un siervo fiel. Las recompensas terrenales las vemos en el libro de Génesis.
Todos los hijos de Dios tenemos un talón de Aquiles, es decir, un punto débil. Somos muy fuertes en algunos aspectos, pero demasiado débiles en otros. ¿Te preguntaste punto débil? ¿Las mentiras, las palabras deshonestas, la codicia, pensamientos impuros, pornografía, miradas corrompidas, malos deseos, avaricia, altivez? Sin duda que hay muchos más. Pablo habla de las pasiones juveniles, aquí agregamos algo más a estas, ya que todos necesitamos escapar del pecado. Pero el tema es ¿que hacer? ¿Cómo poder escapar de todas estas cosas? La respuesta esta en José, huye, huye, huye, huye y huye. Esa es la respuesta y la solución para poder alejarte de la contaminación y ser fiel como lo fue José. Pedile a Dios que te ayude a salir del peligro de caer, ora cada día para estar firme, lee y conoce más a Dios, asistí a las reuniones, no faltes a ellas. Contále a Dios tal si fuera tu amigo, El nos ama y su voluntad es que vos y yo seamos siervos fieles y libres de las cadenas del pecado. Si todavía no escapaste y estas en aprietos, comenza a buscar el cartel de “salida”, ¡el camino te lo muestra Dios!
Huir no es de cobardes; sino de sabios.
Por Andrés Vellano.