“Tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sigo confortados los corazones de los santos”
Filemón 7
Pablo está escribiendo a un gran hombre de Dios, Filemón. Además de darle algunas indicaciones personales, le dice algo muy importante. Que el amor que tenia Filemón, era de gran gozo para otros. Era tan notable el amor de este siervo, que iba más allá de su interior y alcanzaba a otras personas haciéndoles bien y siendo de bendición.
En nuestro día, tú y yo, podemos ir por el mundo brindando indiferencia, egoísmo, vanagloria y muchos otras cosas malas. Aun siendo hijos de Dios, estas cosas pueden florecer en el diario vivir, pero no está bien y no debe ser así. Al contrario, imitemos a Filemón, quien destilaba amor por los poros de su piel. Pablo dice también en otra ocasión, que debemos mostrar gentileza para con todos. Debemos ser de influencia en las personas que nos rodean, pero influencia en amor, en el amor de Dios. En el amor de Cristo, que fue a la cruz por nosotros. Ese era el amor de Filemón y ese es el amor que tenemos que practicar cada día.
Dios nos invita a vivir en amor, de nosotros depende aceptar esa invitación y ser de bendición para otros.
Por Andrés Vellano.