Jueves 03. Año Lectivo.

"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o el mulo sin entendimiento…"
Salmos 32:8-9


Llegada esta época del año comienza en nuestro país el inicio de un nuevo año escolar. Ya sea del nivel preescolar, primario, secundario, terciario y/o universitario, en mayor o menor medida todos se preparan para recibir y/o dar EDUCACIÓN.
Se entregan los alumnos, docentes y padres a transitar por un nuevo año lleno de desafíos, incertidumbres, miedos, alegrías, nuevo amigos y cuantas otras cosas más que sucederán en este recorrido.
Preparar las mochilas, útiles, uniformes, lleva su tiempo, y todo esto para ir a la institución escolar a recibir la ENSEÑANZA impartida por el docente asignado.
Ahora… pensemos en nuestras propias vidas, como cristianos ¿tenemos vacaciones?
¡NO… NO HAY VACACIONES! todos los días somos ENSEÑADOS, por el mejor maestro que pudiera existir, por Nuestro amado Señor Jesús, si queremos que esto suceda, cada creyente debe estar predispuesto para recibir la enseñanza impartida en la escuela de la vida. El año escolar comienza cuando recibimos a Cristo en nuestros corazones, el diploma se entrega en el cielo, pero los días de clases son cada momento de nuestras vidas en que el maestro divino trabaja enseñándonos el camino que debemos andar.
Que no nos pase como en la escuela, como cuando un compañero decía ¡¡ BURRO!! ¡¡ BURRO!! No seamos como ya lo dijo el salmista, como el caballo, o el mulo que no tienen entendimiento.
Esta educación es individual, de alta exigencia, pero dada con mucho amor (Sobre ti fijaré mis ojos) por el mejor de los maestros.

Disponé tu corazón este AÑO ESCOLAR para que el maestro te pueda ENSEÑAR.

Por Gastón Barolin.