Sábado 26/ Domingo 27. Sin embargo.

“Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”
Salmo 37: 25


Cuando nos pasa algo difícil en la vida, o sufrimos una decepción, todo se vuelve tristeza a nuestro alrededor. El trabajo que no me dieron, el examen que no aprobé, el familiar que no sanó, el noviazgo que llego a su fin, la amistad que se perdió, el accidente que me llevó al hospital, etc, etc, etc. Son muchas las cosas que nos pueden acontecer. Pensemos en Job, un varón perfecto delante de Dios. Pero sin duda le tocó vivir una desgracia tras otra. Desgracias que Dios permitió. Esto nos indica que nadie esta exento de sufrir.
Sin embargo, Dios siempre tiene misericordia de cada uno de sus hijos. Tengo anotada una frase en mi Biblia que me gusta mucho, dice así: “Fácilmente olvidamos mil bendiciones de Dios, cuando tenemos una pequeña privación”.
Te invito a hacer un ejercicio, agrega a tu dificultad actual, sea cual sea, una bendición de Dios. Por ejemplo: estoy dolorido en el hospital, sin embargo, tengo una familia que me acompaña. Ciento la soledad cada noche, sin embargo, Dios jamás se aleja de mí. No tengo el trabajo que deseaba, sin embargo, no me falta el alimento.
Recuerda, Dios siempre tiene un “sin embargo” para ti. Dios nos ama de tal manera, que entregó lo más preciado que tenia, su Hijo, ¿si nos dio a Cristo, tienes alguna duda que no tendrá un “sin embargo” para darte en el momento oportuno?

No centremos la mirada en las privaciones, sino en los “sin embargos”

Por Andrés Vellano.