Domingo 24. Semana Santa (IV): Domingo.

“No está aquí, pues ha resucitado”
Mateo 28: 6


Al amanecer del domingo, el primer día de la semana. Maria Magdalena y la otra Maria fueron al sepulcro. Pero para su sorpresa se encontraron con los saldados romanos que estaban tendidos en el suelo “como muertos”. Y un ángel de Dios les dijo que no tengan miedo. Que Jesús resucitó, y estaba camino a Galilea.
Estimado lector, Jesucristo vino desde los cielos, se hizo hombre, dejando las glorias que tenia junto a su Padre Dios. Solo con un propósito: Pagar el precio de su salvación, para que no sea condenado por sus pecados, sino salvado por la sangre de Cristo.
Le invito a hacer un alto en su vida. A pensar: si el momento de su partida de este mundo es hoy ¿abrirá sus ojos en el cielo? ¿o será en el infierno? La Biblia enseña que solo podemos ir al cielo, si pedimos perdón a Dios (a nadie más que a Dios), si arrepentidos de nuestros pecados le pedimos su perdón en el nombre de Jesús, el inocente que ocupo nuestro lugar. Entonces pasamos a ser hijos de Dios, y a tener la paz y la seguridad de que estaremos para siempre, por toda la eternidad en el cielo. ¿Tiene usted esta seguridad? Dios quiere que así sea.

¡¡Que Dios nos ayude a seguir sus caminos en todo momento!!

Por Andrés Vellano.

Sábado 23. Semana Santa (III): Sábado.

“Pilato dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.”
Mateo 27: 65



Tanto los sacerdotes judíos como los romanos, temían que alguien robara el cuerpo de Jesús. Entonces enviaron una guardia que controle el acceso a la gruta tallada donde descansaba el cuerpo del Señor.
Ese día, el día de reposo judío, Jesucristo “descansó”.

Por Andrés Vellano.

Viernes 22. Semana Santa (II): Viernes.

“Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.”
Mateo 27: 50


El día viernes, al amanecer, Jesucristo es llevado ante las autoridades romanas, puesto que solo ellos tenían el poder de crucificarle. Nuevamente es acusado y antes de ser condenado a muerte, es llevado al patio de castigos. Allí los soldados romanos le ponen una corona de espinas, le torturan y le obligan a llevar su cruz, hasta el Gólgota, ó lugar de la calavera.
Jesús estuvo clavado en la cruz por tres horas, desde la hora sexta judía (12hs del mediodía) hasta la hora novena (15hs). En esas tres horas de angustia, El estuvo solo. Las tinieblas reinaros sobre la faz de la tierra, y Cristo exclamó, “consumado es” y entregó el espíritu. La consumación de nuestra salvación, el regalo de la vida eterna para aquellos que le aceptan como salvador, el precio de nuestra paz y la sanidad de nuestros pecados fueron consumados por la obra de Cristo. El justo, por nosotros, injustos pecadores. El estuvo en el lugar que nos correspondía a nosotros.
Esa noche José de Arimatéa sepulto el cuerpo del Salvador.

Por Andrés Vellano.

Jueves 21. Semana santa (I) Jueves

“Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce.”
Mateo 26: 20



La Semana Santa no es un mero fin de semana largo, como se lo toma normalmente. No se come carne, el precio del pescado aumenta, la familia se junta, y no pasa de una oportunidad más para descansar de la vida laboral. Éste no es el sentido.
Si buscamos en la Biblia, encontramos en los evangelios que el día jueves; Jesús fue desde Betania hasta Jerusalén. Allí instituyó la Santa Cena a sus discípulos. Por la noche, después de cenar, se dirigió al Monte de los Olivos, y en oración le pidió a Dios que haga su voluntad con El. Jesús veía acercarse la sombra de la cruz. No le atemorizaba el dolor físico, sino el hecho de que tenía que cargar el pecado. La vergüenza, la inmoralidad y la bajeza humana, sobre si. El que nunca cometió pecado, se hizo pecado para salvarnos.
Una vez en el Monte de los Olivos (Getsemaní), Jesús es arrestado y llevado antes las autoridades del sumo sacerdote. Allí fue acusado falsamente, escupido, golpeado y humillado. Así pasó toda la noche, hasta el amanecer del día viernes.

Por Andrés Vellano.