“Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz."
Ef. 6:15
“PIES” me sorprende la cantidad de veces que esta palabra se nombra entre los cuatro evangelios y lo más interesante aún es que prácticamente el 90% está referida a los pies de Jesús. Entonces me pregunto ¿Qué tenían de atractivo sus pies para que todas las personas caigan de rodillas frente a ellos? Físicamente no creo que hayan sido muy distintos a los tuyos y a los míos pero estoy seguro que había algo distinto que provocaba esto en las personas que le rodeaban (Mat. 15:30; Mat. 28:9; Mar 5:22; Mar 7:25; Luc 7:38; Luc 8:28; Luc 8:47…). Entonces la respuesta a mi pregunta la encontré en
“Is. 52:7 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina!”
Si lees las historias de los versículos de arriba verás que la de cada uno de ellos es distinta; distintas familias; distinta posición social, distinto sexo, distintas edades, distintas culturas, distintas religiones, distintos problemas pero al final por más distintas que sean, todas se cruzan y concluyen en un mismo lugar los pies de Jesús.
Y leyendo el versículo del encabezamiento podemos entender que el Señor nos manda a estar siempre dispuestos y preparados a llevar paz y salvación a cuantos la necesiten. Pero no te olvides que así como nuestros pies deben llevar buenas nuevas de salvación, los de Jesús están siempre dispuestos para recibir nuestros problemas y preocupaciones pero también nuestra alabanza y adoración.
Que en este día puedas caer ante los pies de tu Señor para pedirle que El calce los tuyos de salvación y paz.
Por Aléxis Barolin.