Viernes 18. Elías, un hombre como cualquiera.

“Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo fruto”
Santiago 5: 17-18.


Es realmente sorprendente el comportamiento que tiene Elías. Un hombre común, sujeto a pasiones similares a las que hoy tenemos, sujeto a tentaciones difíciles de soportar y situaciones complicadas de manejar. Sin embargo, había algo en el que lo hacía “especial”. Ese “algo” era que confiaba en Dios. El pasaje nos dice que oró para que no lloviese y no llovió; luego para que si lloviese y fue así. Y esto solo puede ser hecho por un corazón que confía en Dios; y tiene fe que el Padre oye su clamor.
Muchas veces vemos a Elías como alguien grande, alguien a quien nunca podremos imitar. Pero permíteme decirte que pensar así es un error. Elías fue solo un hombre común, tan común como vos y yo. Lo que hizo la diferencia en su vida fue que amó a su Dios y tuvo fe en El.
Elías marco la diferencia, ¿estas dispuesto a marcar tu la diferencia? Aprendamos de un hombre de Dios que supo decir que no a todo lo malo del mundo, que confió y tuvo fe. Aprendamos de el, e imitemos sus virtudes.

Por Andrés Vellano.