“Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito.”
Job 1: 22
Job es uno de los personajes bíblicos que más admiro. Era poseedor de muchas riquezas materiales y de una familia bien constituida. Y perdió todo de un momento para el otro. ¿Te imaginas? Perder el auto, la casa, los muebles, el trabajo…, y sobre todo tus hijos y tu familia. Es duro sin dudas; sin embargo Job, cuando le ocurre eso, abre su corazón y exclama “Jehová dio y Jehová quitó, sea el nombre de Jehová alabado” (Job 1:22)
¡Cuanto deberíamos aprender de Job en nuestros días! Siempre resulta difícil aceptar las pérdidas, y mucho más que las materiales… las que tienen que ver con nuestros sentimientos y emociones. La perdida de un ser querido, de una compañera o compañero, de un hijo ó inclusive de una amistad. Pero lo que hay que tener presente siempre son dos cosas: en primer lugar Dios es Dios, el es nuestro creador, el que nos dio vida, el que sabe lo que ocurrirá mañana. Y al ser soberano TIENE EL DERECHO de obrar como bien le parezca. Claro, Dios es Dios de amor y nunca nos hará algo malo por simple capricho. El obra y muchas veces su obrar no lo podemos entender, pero sin duda que será lo mejor para nosotros, por más que en un primer momento tengamos que sufrir. En segundo lugar nosotros debemos tener una actitud de sujeción y reverencia hacia nuestro Dios. Así como Job dejo todo en las manos de Dios, también tenemos que imitarle y decir “Dios solo confío en ti, haz tu voluntad en cada momento de mi vida”.
Aprendamos con paciencia a escuchar y aceptar lo que Dios hace en nuestra vida.
Por Andrés vellano.