Martes 15. Mal tiempo.

“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos."
Sal. 84:5


“Se suspende por lluvia” ¿has escuchado alguna vez esa frase? Que bronca que nos da cuando esto nos perjudica a nosotros ¿no? Estos días anduve por Colón en la fiesta de la artesanía y estuvimos pasados por agua, se llovió todo y en la fiesta tuvieron que suspender los espectáculos algunos días. Cientos de personas se quedaron con la entrada de recuerdo y con las ganas de ver a su artista preferido ¡se les aguo la fiesta! Hay otra realidad que también me toca de cerca y es que sin la lluvia los cultivos del campo no pueden producir, y hay épocas desesperantes para los productores donde realmente se necesita que llueva por lo menos un poco para que las plantas no mueran. Hay muchas, pero muchísimas cosas que nos causan dolor, pasamos por situaciones extremas donde nos vemos perjudicados y el dolor llega al fondo de nuestra alma y alcanzamos ese límite donde comenzamos a dudar y a preguntar ¿Dónde está Dios? ¿Se olvidó de mí? Una canción dice que todo es parte de un propósito, pero que al final lo que va a venir va a ser mucho mejor que lo anterior. Dice la Biblia que “aquella persona que tiene su mirada puesta en Dios” en el momento que el clima no acompaña, los cultivos se empiecen a secar y todo nos vaya mal, Él lo va a cambiar en fuente de bendición, llenando con su lluvia los estanques vacíos (Salmos 84:5-7).

Por Aléxis Barolin.