Viernes 02. Exitoso.

“...Nunca se apartara de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en el…”
Josué 1:8


Es costumbre entre los chinos regalarles en año nuevo a sus hijos un sobre rojo con dinero, lo hacen para desearles prosperidad y éxito. Sin embargo les recalcan que deben estudiar mucho. Es por eso que los chinos creen que “tener una buena educación es la clave para el éxito en la vida”.
Dios le dijo a Josué que sus caminos prosperarían, al asumir el liderazgo que tenia Moisés, pero él y el pueblo tenían que mostrar valentía al enfrentarse con el pueblo que estaban echando de la tierra prometida (vs.6). Dios prometió darles éxito si guardaban su Palabra (vs. 8).
Los creyentes de hoy también necesitamos vivir según la Palabra de Dios, si queremos disfrutar del éxito en nuestro caminar cristiano. La Biblia no solo nos dice lo que está mal y lo que está bien en la vida sino que también encontramos las experiencias de aquellos que agradaron o desagradaron a Dios. Al igual que Josué tenemos la promesa de que el Señor estará siempre con nosotros (vs. 9 Mateo 28:20). Esto debe darnos fuerzas para enfrentar los desafíos que inevitablemente surgen cuando buscamos agradar a Dios.

“Se busca en mi pueblo amado un valiente que quiera en el frente luchar, que regrese cada día a reportarse con su general”

Por Pablo Baztan.

Jueves 01. Esteban.

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.”
Hechos de los Apóstoles 7: 55 y 56


Esteban era uno de los diáconos elegidos por los discípulos (con la guía del Espíritu Santo). En el momento de su elección se nombran dos características de él. La primera es que era un varón lleno de fe (Hch 6: 5) y en segundo lugar lleno del Espíritu Santo (Hch 6: 5). ¡Que cualidades más hermosas estas! La primera nos habla de la fe plena que tenia y la segunda de su comunión y confianza en Cristo.
Este varón de Dios es arrestado y posteriormente juzgado y condenado a morir bajo las piedras (murió apedreado) (Hch cap. 7). En el momento de su muerte dice las palabras del encabezado. Y nuevamente se refleja su fe y su llenura del Espíritu Santo.
Esteban es fue un cristiano tal como vos y yo. Seguramente con sus fortalezas y debilidades. Pero lo verdaderamente llamativo es que nunca se ve que su fe y su confianza plena en Dios hayan decaído. Incluso ante las dolorosas piedras de la muerte…, su mirada fue el Cristo.

Dios nos de fe y una vida en comunión cada día. Que podamos tener los ojos firmes en Cristo, sea en los momentos de dicha como él los de dolor.

Por Andrés Vellano.