Viernes 17. Espada.

“Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios"
Ef. 6:17


Bueno ya nos hemos vestido de toda la armadura ahora si que vengan los malos nomás. Sería una locura para un soldado salir a la guerra sin su arma ¿no? si seguro que si, por eso todavía no estamos listos para la batalla falta una última parte de nuestra armadura: “La espada”. Te acordás como era la batalla que nos tocaba pelear si era una guerra espiritual por eso Pablo la llama la espada del Espíritu a diferencia de una espada física que solo puede matar y lastimar el cuerpo físico, pero la espada del Espíritu la palabra de Dios va mucho más allá, dice el escritor a los hebreos que es tan filosa que penetra hasta la división entre el alma y el espíritu. Es muy necesaria imprescindible diría y siempre está dispuesta a atacar al enemigo.
Una de las mejores formas de defenderse es atacando y la palabra de Dios: -Nos permite reconocernos como lo que somos y nos hace ver la posición en la que estamos, señala nuestro pecado “ataca” el error y nos vuelve al camino correcto.
-Renueva nuestros ánimos cuando los tenemos por el suelo “ataca” la frustración (generada por el enemigo) por medio de sus promesas que son siempre verdaderas.
-Cuando pensamos que algo no es posible “ataca” nuestro pesimismo y nos hace confiar en el que es Señor de todas las cosas y creer que si es su voluntad es posible por mas imposible que parezca.
Y estoy seguro de que podes seguir agregándoles ítems a esta lista de beneficios que la palabra tiene para tu vida.
Te animo a que tu espada no se oxide sino que le puedas estar sacando filo con regularidad para estar preparado en el momento que te toque usarla.

Por Aléxis Barolin.