Miercoles 17. Dosis.

"Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús."
2da Ti 2:1


Muchas veces en la vida fracasamos y creemos que Dios no oye nuestras oraciones o que El responde las cosas que son realmente importantes como en una enfermedad o algo por el estilo. Déjame hacer la siguiente reflexión y creo que vas a estar de acuerdo conmigo, si te digo que es relativamente sencillo empezar algo, una obra, un ministerio, etc. Pero lo que es realmente difícil es terminarlo y terminarlo bien. Esto no pasa solo en el ámbito eclesiástico sino que también nos sucede en nuestro ámbito secular: Estudio, trabajo, deporte… etc. Realmente nos cuesta mucho mantenernos firmes en algo y por eso es que terminamos fracasando. Ahora mismo estoy pasando por algo parecido pero gracias a Dios y a su palabra entendí, que para lograr lo que queremos alcanzar muchas veces tenemos que hacer verdadero uso de esa palabra, “ESFUERZO” es decir hacer un empleo enérgico de la actividad del ánimo, para conseguir vencer las dificultades. Cuando te digo verdadero uso es ir más allá de nuestras propias fuerzas. Gracias a Dios sus hijos disponemos de una dosis, pero para poder utilizarla vamos a tener que aprender a confiar plenamente en Él.

Isaías 40:29-31.

Por Aléxis Barolin.

Martes 16. La carrera.

“Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús”
Hebreos 12: 1 – 2


Muchas veces la vida se compara con una carrera. Una carrera llena de obstáculos, donde hay que entrenarse, y hacer “dieta” para mantenerse corriendo. Tiene un comienzo y un fin.
Si queres correr la carrera de la cual habla la Biblia, la cual te ofrece Dios, tendrás ventaja porque sabrás donde encontrar auxilio seguro cuando tengas problemas. Sabrás a que atenerte cuando tengas que tomar una decisión.
Como cualquier disciplina, primero hay que registrarte. El tramite es sencillo y personal no podes mandar a un amigo: “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo” (Romanos 10: 9). Es lo único que hay que hacer para anotarse. Creer con el corazón, confesar con la boca. No podes correr si estas muerto, tampoco si estas muy cargado; por eso el Señor Jesús te llama: “venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Una vez registrados es necesario comenzar a entrenarse y seguir una dieta. Para ello solo debes beber agua (la palabra de Dios) y leche en primera instancia (Hebreos 5: 12 final). Ojo mira que estés creciendo bien porque “el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez” (Habreos 5: 14). Entrenarse es pensando en el objetivo. El objetivo implica servicio: “todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, para el Señor” (Col 3: 23); Y concentración: “Puestos los ojos en Jesús”.
Estamos listos para correr. Pero donde corremos esta lleno de obstáculos, incidentes y problemas.
Al respecto Santiago nos dice que tengamos gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de nuestra fe produce paciencia (Santiago 1: 2). La primera pregunta que surge en estos casos es ¿por que Dios permite una prueba en mi carrera? Dios sabrá sacar provecho de esa situación. Esta no es una carrera en la cual competimos con los demás creyentes, así que no tenes que preocuparte si te parece que alguien va “más adelantado” porque no se trata de ganarle al otro.
Un día la carrera se termina. En la Biblia aparecen las declaraciones finales de la carrera de Pablo. “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me esta guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2° Timoteo 4: 7 – 8).

¿Te anotas? Si te anotas tenes vida eterna. También habrá un premio allá en el cielo el cual entregara el Señor aquel día que estemos con El. (Mateo 25: 21)

Por Lucas Paulino.