Miércoles 11. Acorazados I

“Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia”
Ef. 6:14


La coraza en la armadura era la defensa para el pecho y espalda; consistía en una protección de cuero o de lona fuerte en la que se cosían placas de bronce y hierro. Esta es la encargada de proteger órganos vitales como el corazón y los pulmones…
Es prácticamente un suicidio presentarse en una guerra donde hay miles de enemigos bien armados sin antes estar bien protegidos sobre todos en las partes de vital importancia para la vida. Pero ¿porque entonces la justicia es la que debe proteger mi corazón? ¿De que justicia estamos hablando?
“y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; Fil. 3:9”
Como veníamos hablando nuestra guerra es espiritual y en este mismo momento satanás esta delante de Dios acusándome por mis errores por ello es necesario proteger nuestro corazón con la justicia de Dios que es por la fe en el Señor Jesús quien murió en nuestro lugar y recibió el castigo de Dios que era para nosotros.
Hoy quiero que pienses en como esta la coraza que protege tu corazón realmente descansa en la justicia de Dios o te fías de lo que vos mismo puedas llegar a ser o ha hacer.

Pensá: “…ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia…”

Por Alexis Barolin.